En la jornada electoral del domingo 13 de marzo se impuso la decisión de la mayoría de manera importante. Durante los comicios parece que se vivió un récord en votación sobre todo en las ciudades y especialmente en la capital del país. La colación más votada para el Senado y la Cámara fue la del Pacto Histórico y dos de sus candidatos recibieron la mayor votación para consulta: Gustavo Petro y Francia Márquez. Esto deja a la colación con 16 curules en Senado y 25 en Cámara de Representantes, y a Petro como su candidato oficial para la carrera presidencial.
Es verdad que no fue un triunfo arrasador. Por ejemplo el partido Conservador quedó con 16 curules a Senado y 27 a la Cámara, los liberales se quedaron con 15 para el Senado y 3 a la Cámara, por su lado el partido de gobierno, el Centro Democrático, se llevó 14 curules al Senado y 16 a la Cámara. El Centro Esperanza, que se podría considerar aliado en algunos momentos, hizo 14 al Senado y 2 a la Cámara y regados entre otras fuerzas de derecha, centro e izquierda quedó el resto. Siendo objetivos, el Pacto queda debilitado dentro de ese tablero, pero su músculo social es gigante.
Por eso, este no deja de ser un triunfo de las masas que debe ser celebrado y que además les llena de entusiasmo para el próximo 29 de mayo, fecha en la que se elegiría al presidente. Ratifica, también, el verdadero poder de las mayorías trabajando en conjunto con un fin presente: evitar el fraude. Y es que aunque el fraude sí se efectuó fue difícil negar los grandes números. Si se aprovechara este movimiento ascendente y medianamente organizado, de seguro que un triunfo mayor estaría asegurado. La pregunta es si el Pacto Histórico está dispuesto a ello.
Por eso, esa alegría no puede opacar la necesidad de entender los límites que la democracia burguesa le pondrá al programa de esta coalición, empezando por las grandes economías que le atacarán sin descanso, pasando por la crisis mundial que exige una perspectiva revolucionaria para ser superada y terminando en el sinnúmero de oportunistas que se colaron dentro de su proyecto político y que a la primera oportunidad cambiarán de bando desprestigiando a la coalición y minando su confianza. La base pequeño burguesa de este movimiento, no obstante, celebra con ceguera la democracia burguesa y una especie de rotundo éxito cuando es evidente que el próximo periodo será muy complejo bajo el contexto actual. El triunfo no está en la cantidad de curules conseguidas sino en la acogida de las mayorías a su proyecto, éstas demuestran estar dispuestas a todo con tal de defenderles y sólo son usadas como un número más.
Precisamente el fenómeno de Francia Márquez representa a la perfección esa creciente tendencia de clase al representar a lo más pobre de la sociedad. No cabe duda que su propuesta es reformista con un enfoque de políticas de identidad hacia el género y lo étnico, pero su extracción de clase y esfuerzo para crecer dentro de una política corrupta ha despertado muchas simpatías. Con más de 700 mil votos, la candidata pasó por encima incluso de muchos que quedaron elegidos para la presidencial, como Sergio Fajardo. Para el Pacto ella podría quedar como la elección más probable para la vicepresidencia, porque recoge los intereses de un grupo grande de votantes, sin tener en cuenta que hay mucho más ahí atrás, un valioso segmento social que ve en ella algo más revolucionario que el mismo Petro.
Por otro lado, lo acontecido en los departamentos de Chocó y Guajira es otro medidor de la forma en que se desarrollará la política a futuro. En estas regiones ganaron los partidos tradicionales y todo indica que fue una mezcla de compra de votos, coerción, fraude y escalamiento de esas ideas reaccionarias entre lo más atrasado de las bases a través del populismo. Esto deja de manifiesto que la oligarquía nacional está dispuesta a sostenerse usando cualquier herramienta y cada vez tiene más determinación.
El otro punto importante es la carrera hacia el solio de Bolívar. Los candidatos oficiales vendrían a ser Gustavo Petro, Federico “Fico” Gutiérrez y Sergio Fajardo, además de los independientes que aún participan como Rodolfo Hernández. Iván Zuluaga, candidato del Centro Democrático, después de reunirse con Gutiérrez renunció a su participación en las elecciones a presidente. Así las cosas, las dos candidaturas tal vez más antagonistas son las de Petro y Fico que se encuentran en los extremos de la izquierda y la derecha, respectivamente, y seguramente serán las que se enfrenten en segunda vuelta. Es importante hacerle seguimiento a este punto. Petro se siente ganador pero no se ve muy consciente de los movimientos subterráneos de la sociedad y sus explosivos virajes a razón de la crisis. Esto tal vez no será la causa de su posible derrota pero si lo puede hacer llegar al poder mucho más debilitado de lo que cree. La derecha, por su lado, no logra salir de su mediocridad pero ya creó una figura a la cual apoyar a toda costa e imprime toda su energía a lograr una victoria.
Los próximos días van a ser muy complejos y llenos de retos. Lo importante es que las mismas mayorías exijan al Pacto Histórico que de verdad represente ese cambio que buscan y se lleve hasta las últimas consecuencias su proyecto. En caso de no ser así se debe aprender de esa situación y buscar ese Partido que sí lo haga. Desde nuestra posición marxista creemos que no debemos esperar. Ese partido debe ser creado y fundarse en las tradiciones socialistas respondiendo siempre a sus bases bien organizadas y activas. El Pacto Histórico se limita porque se ciñe a las reglas de un sistema que sólo vela por las ganancias de los más ricos, su búsqueda es el lucro y aquellos con más lucro son dueños de las ruedas de esa sociedad. Pero sus bases no deben ni tienen porqué limitarse en sus manos está el verdadero cambio. Les invitamos por eso a seguirnos y organizarse.
Si quieren encontrar una profundización en estos temas síganos en nuestra página Colombiamarxista.com.