El 18 de octubre, Cuba sufrió un apagón masivo que dejó sin electricidad a más de 10 millones de personas. Dos días después, el huracán Oscar azotó la costa oriental de la isla, agravando la crisis. El apagón es consecuencia directa del embargo estadounidense, que sanciona a los barcos que transportan combustible a la isla y ha privado a Cuba de las divisas necesarias para importar combustible y piezas de repuesto para mantener la producción y distribución de energía. Para que el pueblo cubano pueda vivir, el embargo imperialista debe morir.
El bloqueo imperialista
La Revolución Cubana de 1959 asestó un golpe espectacular al imperialismo estadounidense, derrocó el capitalismo en la isla y estableció el primer estado obrero del hemisferio occidental. La heroica lucha de los trabajadores y campesinos cubanos continúa siendo una fuente de inspiración para los revolucionarios no sólo de América Latina, sino de todo el mundo. La revolución es un testimonio vivo del poder de los trabajadores de a pie; ha demostrado a millones de personas que la gran bestia apocalíptica del imperialismo estadounidense puede ser derrotada.
La clase dominante estadounidense no podía permitirse tolerar este ejemplo en “su patio trasero”. En 1960, el presidente Dwight D. Eisenhower lanzó un brutal embargo contra Cuba. Desde entonces, varias administraciones Demócratas y Republicanas han aumentado la presión, y el bloqueo continúa hasta el día de hoy.
Donald Trump intensificó el bloqueo al designar a Cuba un “país patrocinador del terrorismo” e imponer 243 nuevas sanciones privando a la isla de alimentos, medicinas y combustible. La administración del “mal menor” Biden-Harris ha mantenido la inmensa mayoría de las medidas despiadadas de Trump. Es escandaloso que la clase dominante estadounidense declare a Cuba un “país patrocinador del terrorismo” mientras financia y arma el terrorismo de Israel en sus guerras genocidas en Palestina y Líbano.
Por el “crimen” de atreverse a resistir la dominación imperialista estadounidense, las masas cubanas han sufrido innumerables abusos. El embargo ha causado daños por valor de al menos $164.000 millones de USD, con más de $5.000 millones de USD en pérdidas sólo entre febrero de 2023 y marzo de 2024.
Combatir el embargo con la lucha de clases
Los trabajadores estadounidenses y cubanos somos hermanos. Compartimos el mismo enemigo de clase. Los imperialistas norteamericanos que han sumido a Cuba en la oscuridad son los mismos capitalistas que explotan a los trabajadores norteamericanos todos los días. Las fuerzas que enviaron reaccionarios armados a la Playa Girón son las mismas que envían policías racistas a los barrios obreros. La administración Biden-Harris que mantiene el brutal bloqueo es la misma que ilegalizó la huelga ferroviaria en 2022.
El embargo imperialista estadounidense ha devastado a Cuba durante más de 64 años. Los Comunistas Revolucionarios de América exigimos su fin inmediato. Llamamos a todos los que se oponen al bloqueo reaccionario a sumarse a la construcción de una campaña revolucionaria, antiimperialista y de lucha de clases para acabar con él de una vez por todas.
