Pronunciamientos

Ante la caída de la consulta popular: ¡Luchemos por las reformas!

Ante la caída de la consulta popular: ¡Luchemos por las reformas!

La noche del miércoles 14 de mayo, el Congreso de la República votó en contra —49 votos contra 47— de la Consulta Popular propuesta por el gobierno para someter a decisión ciudadana los puntos fundamentales de su Reforma Laboral, previamente rechazada por ocho senadores en la Comisión Séptima del Senado el pasado 18 de marzo. Esta decisión representa un nuevo golpe por parte de la oligarquía colombiana contra la clase obrera y las mayorías que marcharon durante el estallido social del 2021.

La clase dominante nacional no está dispuesta a ceder ni un ápice ante la clase trabajadora porque eso representaría un atentado directo contra sus intereses económicos y los de sus socios internacionales. Por ello, utilizan todos los mecanismos a su alcance para frenar cualquier avance progresista, incluso si eso implica contradecir los principios de la democracia burguesa que dicen defender. Las trampas jurídicas, las artimañas parlamentarias y la manipulación institucional son parte del arsenal que les permite un Estado que, lejos de ser neutral, administra sus privilegios.

El capitalismo colombiano se encuentra en estancamiento. Esto es debido a la crisis orgánica del capitalismo internacional al igual que su propia subordinación a las grandes potencias. Estos factores intensifican la necesidad de la clase dominante colombiana de pasar los costos de la crisis a la clase obrera y asfixiar cualquier intentó de mejorar sus condiciones de vida. Este escenario se replica a través de todo el mundo. Pero cada ofensiva provoca una respuesta: las clases oprimidas no están dispuestas a retroceder sin dar pelea.

Colombia conserva fresca en la memoria la experiencia del Estallido Social de 2021, que sigue siendo una fuente de inspiración para amplios sectores: la juventud, el campesinado, y la clase trabajadora. Esto inquieta al ala liberal de la burguesía, pero, sobre todo, alimenta la disposición de lucha de quienes no tienen nada que perder y todo por ganar.

Por eso consideramos acertado el llamado a la movilización popular hecho por el gobierno nacional, así como la convocatoria a formar cabildos abiertos con el horizonte de iniciar una campaña de movilización que demuestre el poderío de la clase obrera. Ha sido en las calles donde la clase trabajadora ha conquistado sus victorias históricas.

La indignación que ha provocado esta nueva maniobra del Congreso es absolutamente legítima y necesita ser organizada. Cada ataque contra las reformas debe ser respondido con mayor fuerza, y las masas oprimidas, en especial la clase trabajadora, han dado ejemplo de decisión desde el primer momento. Así lo demostró la masiva movilización del pasado 1º de mayo, expresión clara de que la clase está dispuesta a defender sus conquistas.

Pero debemos ser claros: esta situación también pone en evidencia los límites del reformismo. No se puede transformar un sistema diseñado para defender los privilegios de una minoría sin desafiar sus bases materiales. Ninguna reforma será duradera mientras el poder económico y político permanezca en manos de la oligarquía. Las clases dominantes no cederán voluntariamente ni permitirán cambios estructurales por las vías tradicionales.

Por eso, es hora de intensificar la lucha: llevar los cabildos a cada lugar de trabajo, asegurar la sindicalización de todos los trabajadores —formales e informales— y preparar una campaña de movilización y sindicalización que no sólo exija la Consulta Popular, sino la implementación inmediata de todas las reformas bloqueadas. Cuando se golpean los intereses económicos de los grandes empresarios, sus oídos se vuelven más receptivos.

Desde el marxismo, apoyamos todas las luchas progresistas, codo a codo con el pueblo trabajador. Pero también afirmamos que ninguna victoria será permanente mientras persista el dominio del capital y el imperialismo, que se sostiene sobre el sufrimiento de millones. Para derrotarlo, es necesario derrocar a la oligarquía, acabar con sus instituciones corruptas y construir una auténtica democracia obrera, base de una sociedad socialista.

¡Las reformas se conquistan en las calles!

¡Que se vayan todos!

No queremos que los gobernantes trabajen, ¡queremos que los obreros gobiernen!

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Consejo Editorial De Colombia Marxista

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