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Petro e Israel: ¿Cuál es la posición de los comunistas?

Petro e Israel: ¿Cuál es la posición de los comunistas?

Los acontecimientos desatados en Palestina e Israel han impactado a escala mundial. La crueldad desatada por Netanyahu y la derecha sionista han obligado a partidos y lideres reformistas de derecha e izquierda a tomar posición, con la mayoría  doblegandose  a la postura de las clases dominantes en favor del ataque israelita, siguiendo las señales emitidas desde  el imperialismo estadounidense, su principal valedor. 

Este no es el caso de Gustavo Petro, cuya respuesta negativa a la presión por parte de EEUU e Israel para validar la respuesta israelí, condenando a Hamas como un grupo terrorista pero soslayando el genocidio iniciado en Gaza desató el ataque de la ultraderecha nacional, el desprecio de las facciones de centro y tensó las relaciones con el gobierno de Netanyahu que el día 15 canceló las exportaciones de seguridad a Colombia  acusando de antisemita al presidente Colombiano. Relaciones que comenzaron, valga la pena recordar, cuando Álvaro Uribe Velez era presidente. 

Todo esto ha llevado a la posibilidad de un quiebre de relaciones con Israel y le ha ganado a Petro la admiración de activistas internacionales que quieren ponerle fin a la ocupación criminal de Israel en Palestina. Ciertamente, celebramos esto como parte de la campaña internacional para ponerle fin a los 75 años de asesinatos y despojo de tierras que definen al estado de Israel a día de hoy. Es igual de importante entender lo que esta nueva lucha significa para la clase obrera colombiana en este período.

Una alianza profana

La algarabía al respecto de los trinos de Petro está motivada, ante todo, debido a la relación de Israel y Colombia. Por algún tiempo, Colombia fue conocida como la “Israel de Latinoamerica” debido a su alianza cercana con los Estados Unidos, consumada en el asesinato de sindicalistas y militantes de izquierda, mientras que Israel despojaba a cientos de miles de Palestinos de sus casas para ofrecerlas a colonizadores de todo el mundo. 

Colombia adquiere alrededor de $116.000.000 de dólares anuales en exportaciones de seguridad de Israel. Esto incluye reparo de aviones implementados en el bombardeo de campamentos de FARC, fusiles y tanquetas usados para reprimir el paro nacional y entrenamiento e inteligencia militar, usados para entrenar y orientar a paramilitares a la hora de ejecutar a sindicalistas y civiles. A cambio de esto, cada uno de los 116 millones que Colombia envía se usan para destruir hospitales y escuelas en Gaza, con la aprobación del imperialismo internacional. 

La ruptura de relaciones entre Israel y Colombia sería un golpe menor al aparato estatal colombiano, esta máquina de represión que está conectada por miles de hilos con el latifundio y la burguesía (como lo demostró el testimonio de Salvatore Mancuso). Pero ciertamente, un golpe que vale la pena asestar. 

La algarabía de los “diplomáticos”

Las alarmas se encendieron inmediatamente después de que Petro respondiera, por medio de la red X (antiguo Twitter) que “Si hay que suspender relaciones exteriores con Israel las suspendemos. No apoyamos genocidios”. Igualmente recordó cómo el gobierno de Israel participó en el entrenamiento de paramilitares en Colombia por medio de mercenarios.  EEUU le llamó la atención y los medios internacionales se lanzaron contra Petro insistiendo en los argumentos que ya desde antes habían usado en su contra llamandolo blando, antisemita e instigador del terrorismo. 

Esta presión intencional, casi con tintes de censura, es muestra de la poca independencia que tiene un país como Colombia cuando los intereses económicos, políticos y belicistas del gran imperio norteamericano se ponen en duda. Todos deben marchar al paso del que con su dinero canta la canción de avanzada y marca la dirección a seguir. Quien se niegue es repudiado y señalado. Por eso para el dueño de la trompeta es incómodo que una de las naciones más sumisas de este lado del continente de pronto camine ligeramente diferente. 

La posición de Petro destaca al respecto de la posición de la izquierda Latinoamericana que ha tratado de mantenerse equidistante, deplorando tanto las violaciones de derechos humanos de parte de Israel como el ataque terrorista de Hamas, como si se trataran de fuerzas iguales. Petro ha decido enfatizar, de manera justa, el hecho de que la respuesta desproporcionada de Israel está llevando al genocidio del pueblo palestino para terminar de despojarlos de sus tierras. 

Si bien ha clarificado en sus siguientes afirmaciones que está en contra de la muerte de civiles en general, es claro que reconoce que en el caso de Israel y Palestina hay una nación opresora y una nación oprimida. Para ser concretos, las Fuerzas de Defensa Israelí (FDI) tienen un total de 169.500 soldados mientras que la inteligencia israelí estima que Hamas nada más tiene 30.000. Estamos hablando de un radio de cinco soldados por cada militante de Hamas. Esto sin tener en cuenta que las FDI están equipadas de mucha mejor manera que los militantes de Hamas. 

Sin embargo, la burguesía colombiana y sus lacayos en la prensa nacional han decidido concentrarse en la forma de los comentarios de Petro antes de su sustancia. Enfatizando enteramente el hecho de que el presidente ha decidido responder a través de trinos y tomando esto como un crimen contra el arte de la diplomacia. Hay que ser claros, sin embargo: si Petro hubiera trinado “Condeno los ataques de Hamas y considero que Israel tiene el derecho de defenderse”, este alboroto no habría ocurrido. Su problema no son los trinos, es el hecho de que Petro se ha atrevido a romper con 15 años de colaboración entre dos estados que han servido a los intereses del imperialismo Estadounidense. 

El presidente colombiano no solo se ha atrevido a sugerir la posibilidad de romper relaciones con Israel, sino también ha dejado claro que no planea esconderse detrás de las resoluciones de la ONU que declaran el reconocimiento de la condición de estado de Palestina sin proponer una vía para lograrlo. Esta violación del decoro desnuda la verdadera naturaleza del orden internacional basado en “reglas iguales” como lo que es: un orden internacional basado en las reglas del imperialismo internacional. 

Las fallas de una solución de “dos estados”

Es importante señalar que aunque el mandatario colombiano se ha mostrado digno y sus conclusiones sobre Israel como guardián de EEUU en Medio Oriente no son desencadenadas, una vez más el reformismo le lleva a supeditarse al derecho internacional, enarbolar banderas de paz y pedir por la creación dos estados y el respeto entre ellos. 

Todas ideas llenas de nobleza, pero que en la práctica han sido claramente ignoradas por el capital internacional,  como lo ha demostrado la continuidad de la ocupación y colonización en Cisjordania en contra de mandatos de la propia ONU, el régimen de apartheid contra palestinos y árabes-israelies, la limpieza étnica durante la Nakba de 1947-1948, las masacres de Sabra y Shatila en 1982, los bombardeos en Gaza de 2014 en los cuales murieron trece menores de edad (4 mientras jugaban en la playa),  la represión a la Gran Marcha del Retorno, una movilizacion pacifica en 2018, el bombardeo de Gaza en 2021 (durante el paro nacional colombiano) y el asesinato  de la periodista Shireen Abu Akleh en 2022.

A la hora de la verdad, estos llamados a “la legalidad” se reducen a abstracciones sin sentido que se discuten en redes o reuniones oficiales, mientras en Palestina mueren miles de hombres, mujeres y niños por los bombardeos y en las calles del mundo las masas repudian este accionar con acertado tino.  La desconexión de esta solución de la realidad Palestina se clarifica especialmente cuando vemos esta encuesta del Centro de Política e Investigación de Palestina. El 71% considera que una solución de dos estados es impráctica debido a la expansión de colonias israelíes. El 87% considera a la Autoridad Palestina (el gobierno marioneta creado por el estado de Israel para supervisar el Banco Oeste) como corrupta. 

Llamados a la paz y a las renegociaciones en este contexto no entienden que fue la paz firmada bajo los términos de Israel lo que llevó al alzamiento de Hamas. Un alzamiento patrocinado por el mismo estado de Israel. Vale la pena recordar los comentarios de Benjamin Netanyahu: “Cualquiera que quiera impedir la creación de un Estado palestino tiene que apoyar a Hamás y transferir dinero a Hamás. Esto forma parte de nuestra estrategia: aislar a los palestinos de Gaza de los palestinos de Cisjordania.”

La situación en Gaza anterior al ataque de Hamas era una de grandes despojos de tierra, represión y discriminación. El 93% de la tierra dentro del mismo Israel es controlada por el estado y arrendada a compañías privadas e individuos. Este mecanismo fue usado para justificar el despojo de tierra dentro de Palestina cuando el estado Israelí declaro que cualquier predio no registrado le pertenecía al estado. Para 2007, el 50% de la tierra en territorios ocupados fue adquirida a la fuerza por los Israelíes. La expansión de esta toma de tierra es la base material del conflicto. 

Las tareas de los comunistas colombianos

Ciertamente, desde Colombia, las acciones de la clase obrera y la juventud pueden parecer triviales. Pero esta perspectiva sería unidireccional. Si bien, el papel de Colombia en la economía mundial no es influyente, el hecho es que su relación con Israel es de suma importancia para el imperialismo internacional. Ambos juegan el mismo papel en sus regiones: ser la punta de lanza del ejército de los Estados Unidos. No hay que ver más allá de la Operación Gedeón, el intento fallido de derrocar al gobierno de Nicolas Maduro iniciado desde Colombia.

La lucha contra la ocupación criminal de Gaza se tiene que orientar enteramente en la lucha contra la presencia del ejército Estadounidense en Colombia. Es necesario demandar no solo la ruptura de relaciones con el Estado Israelí sino también la expulsión de todo personal del ejército Estadounidense operando en territorio Colombiano. 

Todo esto debe ir acompañado de la lucha en las calles contra la oligarquía colombiana  que apoya sin verguenza el genocidio en Israel mientras busca cómo regresar al poder por los medios más violentos y deshonestos. No cabe duda que ese regreso se lo ha evitado su desprestigio entre las mayorías, pero ante la menor muestra de debilidad no dudará en regresar y si es necesario hacer uso de su fuerza y EEUU le apoyará con gusto.

Por ende la lucha contra la élite nacional, la defensa por las reformas y el apoyo al pueblo palestino no están separados sino que son parte de lo mismo: la necesidad de derrocar el capitalismo que nos somete a los peores horrores.   

Por eso los sindicatos deben apropiarse y aprobar mociones de solidaridad con los trabajadores y los jóvenes palestinos. También pueden ayudar a organizar y asistir a concentraciones locales de solidaridad, convocando a sus miembros. Igualmente la clase trabajadora organizada o no, puede movilizarse y actuar. Bloqueando los envíos de armas, su fabricación o transporte. Los trabajadores de los medios de comunicación pueden impedir la publicación de las mentiras de los capitalistas.

Los estudiantes, por otro lado, deben aprobar resoluciones a través de las organizaciones estudiantiles y unir fuerzas con el personal académico, administrativo y de otro tipo. Deben organizarse acciones coordinadas -como paros, ocupaciones y huelgas- para cerrar completamente las universidades y colegios.

Estas acciones directas de masas deben ir acompañadas de huelgas pedagógicas en las que se explique la verdadera historia de la ocupación israelí de Palestina y el papel del imperialismo internacional. 

Todo esto puesto bajo las siguientes demandas:

  • Tanto la derecha como los tibios deben ser denunciados por apoyar la opresión del régimen israelí sobre el pueblo palestino. 
  • El gobierno colombiano debe terminar lo que inició Petro y cortar todas las alianzas y el apoyo al Estado israelí, incluido el comercio de armas. 
  • Las universidades colombianas deben rechazar las inversiones y los negocios en la industria armamentística. 
  • Las escuelas, institutos y universidades deben contar la verdad sobre la historia del Estado israelí y sus numerosos crímenes contra los palestinos.
  • Los medios de comunicación como Semana deben ser condenados por sus mentiras sobre la opresión israelí de los palestinos. 

La clase obrera internacional ha organizado manifestaciones en todo el mundo en contra de esta ofensiva violenta, con 150.000 manifestantes marchando en Londres y con la embajada de Israel en Jordania siendo inundada de manifestantes en contra de la ocupación. En Colombia, vimos como el martes 17 de Octubre se concentraron en la embajada de Israel en Colombia para declarar nuestro repudio a la embajada. 

Es necesario continuar estas manifestaciones y vincularlas a las acciones de la clase obrera y la juventud en Colombia. Solo la clase obrera internacional puede ponerle fin a la ocupación de Gaza, que ha sido perpetuada para servir los intereses de la burguesía internacional. Un fin a la ocupación le demostraría a la clase trabajadora cuáles son los métodos que pueden mover montañas y acabar con aquellos conflictos que se nos han enseñado son eternos y le daría un gran ímpetu a la lucha en Colombia para ponerle fín a la oligarquía, en la medida en que se encuentre aislada de uno de sus aliados más sanguinarios. 

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Consejo Editorial De Colombia Marxista

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